26 oct 2013

La Clásica 15km. El test definitivo


  La Behobia está a la vuelta de la esquina y este domingo era la ocasión perfecta para hacer un último test y ver como están las piernas antes de la gran cita del segundo domingo de Noviembre.

  Iba a correr una carrera entera por Donosti por primera vez desde que corría el Cross de Amara Berri cuando aún iba a EGB y, ya sólo este hecho, me motivaba bastante.

El estadio de Anoeta el sábado, preparado para la carrera del domingo


  Correr por las calles por las que tantas veces has andado, pasar a 20 metros de la puerta de casa, que sean tus piernas y no las ruedas del coche las que recorran la ciudad y cruzar el arco de meta en el estadio donde tantas veces te has sentado a ver como eran otros los que corrían (aunque fuera detrás de un balón y maldijeras esas pistas de atletismo que te alejaban de la hierba) tiene algo especial. Y más si lo haces en una prueba creada exactamente para lo que tu pretendes. Una carrera idada para que todos los locos que vamos a correr una de las pruebas más míticas del país veamos si nuestros objetivos son realistas o si tenemos que replantearlos.

  El sábado por la tarde era hora de pasar por la feria del corredor situada dentro del Estadio de Anoeta para recoger el dorsal y la camiseta. Aprovechando el momento, salí a las gradas a ver el arco de meta que ya nos esperaba sobre el tartán.

  Con los deberes hechos era el momento de disfrutar de la familia e intentar retrasar al máximo la aparición de los inevitables nervios pre-carrera.

  En esos momentos, echando un vistazo al facebook, me enteré que la salida de la carrera se había atrasado 20 minutos situándose a las 10:20 y no a las 10:00 como estaba previsto.

Estrenando camiseta

  Llegó el domingo y, como es habitual, me levanté prontito para desayunar con calma y prepararme todo sin prisas: zapas, calcetines, pantorrilleras, pantalón, camiseta (estrenaba mi camiseta de Objetivo: Behobia)... Todo en orden y rumbo a la salida.

  A las 9:45 tomaron la salida los participantes de la carrera de 5,5 km seguidos, 15 minutos después, por los rollers y, otro cuarto de hora más tarde, por los handbikers. Finalmente, a las 10:20 era el momento de la salida de los aproximadamente 3500 participantes en los 15 kilómetros.

  La salida no me gustò porque no había cajones de salida por tiempos, lo que implica gente lenta saliendo delante y entorpeciendo el paso y gente rápida viniendo desde atrás atropellando a los de delante. A parte de este hecho, hubo algo que me ralló mucho en la salida y que me seguiría rallando toda la carrera.

  Como es habitual, corría con mi GPS para controlar el ritmo. Normalmente sólo lo uso como referencia y no me obsesiono con ello, pero en esta carrera quería correr, al menos los 10 primeros kilómetros, al ritmo medio de mi objetivo para la Behobia, es decir, a 4:30 y después apretar más si el cuerpo lo permitía. Pero se acercaba la salida y el reloj no cogía señal de los satélites y finalmente tomé la salida sin poder ponerlo en marcha.

  Empecé al ritmo que me permitía el pelotón (salí bastante atrás) adelantando poco a poco a los corredores más lentos y mirando continuamente mi muñeca esperando leer "ready" en la pantalla.

  Tras quinientos metros de carrera tocaba olvidarse momentáneamente de mi pequeña obsesión por los satélites y poner buena cara ya que me esperaban mis padres y mi fotógrafa particular (Mint Candy Apple) para
animarme y echar alguna foto.


Ya sólo quedaban 14,5 km por delante...

  En este punto la carrera se acercaba al río para acompañarlo durante un kilómetro y medio. Seguí ganando posiciones mientras me daba cuenta de que no se me había ocurrido olvidarme del GPS y activar el cronómetro!!! Así que aproveché el paso por el segundo kilómetro para poner el reloj en marcha y poder, así, controlar mi ritmo de aquí en adelante.

  Tras recorrer la Calle Miracruz, el recorrido se juntaba con los dos últimos kilómetros de la Behobia. Primero el repecho de la Avenida de Navarra (en la Behobia se hace muuucho más duro) y después el Paseo de la Zurriola,  ara cruzar el puente del Kursaal y encarar la línea de meta en el Boulevard, aunque, en esta ocasión, sólo  estuviéramos en el kilómetro cuatro.

  Tras pasar junto al ayuntamiento y los jardines de Alderdi Eder, pisamos las alfombras de cronometraje que marcaban el kilómetro 5. En el arco que se encontraba sobre las mismas, un cronómetro marcaba el tiempo discurrido desde el pistoletazo de salida, pero tampoco me servía de referencia ya que no sabía el tiempo que había pasado desde que se dió la salida hasta que yo crucé el arco.

  Aunque los parciales desde el kilometro dos eran los que tenían que ser, seguía pensando en esos dos primeros kilómetros. Y debido a ello, cuando poco después, volví a encontrarme con "mi club de fans", les dije que iba mal. Las piernas iban bien, no me sentía cansado, pero, a la vez, sentía que la cosa no iba como debía.

Un tercio de la carrera completado

  Un poco antes del sexto kilómetro se encontraba el primer avituallamiento, donde me tocaba hacer un experimento. No me acordé de comprar geles para la carrera por lo que decidí probar los Power Gel Shots de la marca PowerBar que nos dieron con la bolsa del corredor. Este sustitutivo de los geles consiste en unas gominolas sabor cola que aportan lo mismo que un gel. El sabor es bueno y parece que hicieron su función... pero me costó mucho masticarlos mientras corría. Tal vez el running no sea su punto fuerte!

  Corriendo junto a la Bahía de la Concha nos acercábamos al ecuador de la prueba y, tras pasar bajo el Palacio de Miramar, nos cruzamos con el primer clasificado, El Hassan Oubaddi (ganador de la prueba), que ya encaraba la segunda mitad del recorrido rumbo a Anoeta.

  Seguía con buen ritmo, clavando parciales a 4:30, sin excesivo cansancio y con la misma sensación de que no iba bien. Era el momento de hacer el camino de ida y vuelta desde Ondarreta hasta El Diario Vasco, pasando por las universidades para alcanzar el kilómetro 10 y encarar la última parte de la carrera.

  Yo seguía intentando no rallarme por el tiempo de los dos primeros kilómetros sin conseguirlo.

  Tras el segundo avituallamiento, volvíamos a entrar en el centro de la ciudad donde cada vez se veía más público. Tan sólo faltaban 4 kilómetros para meta y todo apuntaba a que iba a conseguir mi objetivo por lo que seguí al mismo ritmo mientras, poco a poco, la boca se me iba secando más y más hasta que al paso por el cartel que indicaba el último kilómetro, frente a Anoeta, ya no me quedaba saliva. Mucha gente animaba desde los lados de la carretera mientras encarábamos los últimos metros.

Encarando la recta de meta. Làstima que quedara desenfocada...


  Una vuelta por el exterior del miniestadio y era hora de entrar en el Estadio para recorrer los últimos metros sobre el tartán. Di la vuelta por la calle 3, adelantando a bastantes corredores mientras buscaba a mis "fans" en la grada. Cuando encaraba la recta de meta vi a Maite que se había colocado sobre el tartán para inmortalizar la llegada. Apreté el ritmo e hice el sprint final más rápido que he hecho en una carrera, lo que confirmaba que podía haber apretado más y que acababa la carrera "demasiado fresco".

  Con el trabajo hecho, sólo quedaba beber y beber, comer algo para recuperar fuerzas y esperar a que salieran las clasificaciones para ver si había conseguido mi objetivo.

Los podiums de la carrera


  Para recuperarme de la carrera me esperaba la comida de celebración del 70 cumpleaños de mi padre, en la sociedad, durante la que finalmente pude ver que mi tiempo en meta era de 1:07'28", 2 segundos por debajo de lo que quería hacer.

  Objetivo cumplido y hora de pensar en la Behobia. Ya sólo queda un último paso antes de plantarnos en la línea de salida de la mejor carrera del año y es la segunda mejor carrera del año: la Cursa de L'Amistat!


-Video del paso por el kilómetro 5 (podéis verme en el minuto 9:00)

2 comentarios:

  1. Que pasa iñaki, te invito a que corras sin ningun diapositivo, corre lo que te pida el cuerpo, si te pide mas, daselo si te dice que reserves un poco, hazle caso, pero sobre todo dosfrutalo

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  2. A mi me gusta correr por sensaciones, pero esta carrera me la planteaba como parte del entrenamiento para la Behobia y quería controlar los ritmos para ver si era capaz de correr "cómodamente" al ritmo que quiero ir en la Behobia!

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